Ser productivos, estar siempre tan ocupados y, al mismo tiempo, tan distraídos, no había sido tan evidente antes. A lo largo de la historia siempre ha habido problemas que nos han impedido hacer lo que nos proponíamos. Pero nunca ha sido tan difícil como hoy. La tecnología tiene sus ventajas y recompensas, pero también sus inconvenientes.
El solo hecho de que tengamos tantas opciones relacionadas
con tecnología también puede causar problemas. Tener acceso instantáneo a la
familia, los amigos, el trabajo y tanto ruido extra puede ser abrumador. Solo
piense en el correo electrónico, los teléfonos inteligentes, los dispositivos
móviles, las computadoras portátiles y otras tantas "pantallas"; todo
esto puede entorpecer la organización, pese a que la tecnología se creó
originalmente para hacernos más productivos y organizados.
De hecho, la tecnología puede hacer que usted
se sienta presionado para hacer aún más. No importa lo increíble que usted sea,
llega el momento en que empieza a sentirte inútil por no poder hacer más. La
tecnología acaba convirtiéndose más bien en una aparente desventaja. Pero no se
desanime; puede aprender a manejar la tecnología y hacer que trabaje para usted.
Puedes organizarse mejor, aunque no le salga de forma natural y puede permitirse
hacer las cosas de manera diferente.
Puede aprender a captar lo que tiene que
hacer, dividirlo en pasos lógicos, priorizar esos pasos, averiguar qué es lo
siguiente y ponerse a trabajar en lo que hay que hacer sin sentirse agobiado,
estresado e, incluso, fuera de control. Sólo necesita tener un plan de acción y
entender por qué tiene que hacer las cosas de una determinada manera. Es así
como podrá estar organizado de verdad.
Identifique esas áreas de desorganización
Lo primero que hay que hacer es echar un
vistazo, de manera honesta, a su vida; vea a su alrededor, su casa, tu trabajo,
sus actividades extra y cualquier cosa de su entorno; haga una lista de las
áreas en las que observa falta de organización y empiece a ocuparse de ellas. Hay
diferentes tipos de desorganización a los que hacer frente.
- Eventos circunstanciales de la vida. Pueden ocurrir circunstancias que interrumpan su ritmo de vida normal,
como una muerte, una boda, un nacimiento u otro acontecimiento que se produce alguna
vez en la vida. También puede ocurrir si tiene plazos especiales en el trabajo
u otra situación. Todo eso puede hacer que pierda de vista lo que había planeado
hacer durante un periodo de tiempo, aunque normalmente puede volver a ponerse
en acción.
- Malos hábitos. Con
el tiempo, muchas personas desarrollan malos hábitos que se salen de su control.
Por ejemplo, empieza a acumular el correo en un lado de su escritorio sin un
plan de acción y, antes de que se de cuenta, no tiene ni idea de dónde
encontrar la factura del teléfono u otro servicio esencial y termina pagándola
con retraso.
- Su educación. En
este caso, el desorden puede manifestarse de varias maneras. Puede ser igual o
conforme a su educación o, quizás, todo lo contrario. En parte depende de su
personalidad y de lo rebelde que usted sea.
- Su entorno social. En la actualidad, a todos se nos anima a tener muchas cosas y a hacer
muchas cosas y la gente de nuestro entorno con la que usted se junta, parece
determinar qué tan ordenada tiene su vida.
- Hábitos. Si su casa, su lugar de trabajo, o ambos, están llenos de desorden, existe la posibilidad de que padezca una situación denominada "desorganización crónica", que es una afectación real que puede requerir ayuda profesional para superarla.
Independientemente de su situación personal,
lo mejor que puede hacer es probar algunos de los consejos, sugerencias e ideas
que se presentan a continuación. Puede
organizarse mejor en la era de la distracción si sabe qué hacer.
Creando objetivos realistas
Una de las primeras cosas que hay que hacer
para algo que se quiera conseguir en la vida es sentarse y crear objetivos realistas
y factibles; lo que implica dar una serie de pasos importantes.
Escríbalo. Cuando
pone algo por escrito, lo hace más concreto y real.
Descompóngalo.
Cuando conozca el objetivo, descompóngalo en pequeños pasos que sean más
fáciles de cumplir.
Priorice. Ordene
los pasos. Siempre hay una forma lógica y secuencial de hacer algo. Hasta fregar
los trastes tiene un proceso lógico de lavado, enjuagado, secado y acomodado.
Establezca hitos. Para
cada hito, tendrá una previsión realista de cuándo alcanzará su objetivo.
Sea específico. Cuando
escriba sus objetivos, sea muy específico y detallado. Los resultados serán
mucho mejores si no hay zonas dudosas.
Realice un seguimiento de sus acciones. Puede utilizar una hoja de cálculo u otra aplicación en su computadora,
o incluso un calendario en papel, y realizar un seguimiento de las acciones que
está llevando a cabo para alcanzar sus objetivos.
Mida el progreso. De
primordial importancia es que se asegure que su plan y los pasos que ha establecido,
funcionan según lo previsto.
Un paso a la vez. Cuando
establezca sus pasos, es importante que sepa que sólo puede y debe hacer una
cosa cada vez.
Programe acciones.
Cree un calendario que pueda cumplir; hágalo realista, teniendo en cuenta todas
las cosas que puedan afectar el calendario o cronograma, como otras
responsabilidades y planes.
Cuando usted fija objetivos realistas y
desarrolla un plan de acción para ponerlo en práctica, puede conseguir
cualquier cosa, como fruto de ser más organizado.