Sunday, August 21, 2022

ENTENDIENDO LAS DECISIONES, SU SIMPLEZA O COMPLEJIDAD

Para muchos, una decisión es, simplemente, una elección entre varias alternativas, puesto que, como he mencionado algunas veces, la vida es una serie de oportunidades y de elecciones. Lo anterior es, de alguna manera, verdad; excepto que no es tan simple, pues, la vida misma, no es tan simple. Vivir la vida implica una serie de situaciones o sucesos que, por lo general, tienen algún grado de complejidad con elecciones complejas. Se trata de situaciones como como la supervivencia, como qué comer, debemos comer determinado producto o no, hasta elegir entre aspectos morales, amorales e, incluso, inmorales. En el plano político-social, debería hablar en contra de una injusticia poniendo en riesgo mi vida y el de personas cercanas, o mejor no hacerlo y vivir feliz y sin complicaciones. Todas las decisiones tienen en común que tienen la posibilidad de elección y todas tienen un resultado. Pero las acciones inherentes a cada decisión y el eventual resultado, varían de una a otra, a veces enormemente. Ninguna estrategia da plena seguridad de ser el proceso correcto de elección entre las diferentes elecciones o alternativas y es aquí donde comprender lo que es una decisión se vuelve en algo muy importante.

Claro que una decisión es, con toda claridad, la acción de decidir algo, elegir un camino o elegir una ruta. Alguien se enfrenta con diferentes alternativas y hace una elección. Esto es como el desvío que encontramos en un camino, al enfrentarlo se debe decidir, ir a la izquierda o a la derecha; nos detenemos un momento mientras pensamos y buscamos la razón para decidir sobre una u otra opción. Tomada la decisión, hay que enfrentar el camino elegido. Eso parece simple y hasta lógico. Pues, hasta cierto punto podría serlo; sin embargo, no es estrictamente así, pues la toma de una decisión bien enfocada, eficiente y adecuada comprenderá diversos procesos, a veces muy complejos, que intervendrán en esa toma decisión.

En el ejemplo anterior, primero se presentó un problema; pero la esencia, naturaleza u origen del problema no es que el camino se haya dividido; de hecho, no sería un problema ni requeriría de pensar la decisión, si a la persona no le importara tomar cualquier dirección. Pero la persona está obligada a tomar una decisión con la dirección a seguir, pues deberá llegar a un destino previsto y es aquí donde debe elegir entre estas dos opciones para continuar. Por lo tanto la decisión podría ir de simple a compleja, pues necesitará de experiencia, conocimiento y quizás intuición para decidir qué opción es la indicada para sus necesidades y probablemente requerirá de tiempo a que alguien aparezca y pueda brindarle información. Finalmente y una vez tomada la decisión, ¿se siente segura y confiada la persona de que, en realidad, tomó la decisión correcta?; es en este punto cuando comenzará a avanzar hacia su destino basado en esa decisión.

Podemos observar, entonces, cómo, la más simple de las decisiones implica una serie de pasos o procesos que no siempre son tan simples. En muchos casos, realizamos estos procesos o pasos de manera inconsciente, sin preocuparnos realmente de lo que estamos haciendo, cuando la decisión a la que nos enfrentamos es muy simple y los resultados no importan mucho; en el caso anterior si se tratara solo de conocer lugares, daría lo mismo conocer un nuevo lugar u otro; este método de elección, de forma casi automática, no es un problema. Sin embargo, cuando se deben tomar decisiones más complejas, no comprender la complejidad del proceso puede traer consigo dificultades y consecuencias no deseadas. Por lo tanto, entender lo que realmente es una decisión, su frecuente complejidad y la incertidumbre del proceso, es realmente necesario para todo emprendedor y debemos trabajar en aprender las mejores estrategias para la toma de decisiones.

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