Friday, January 5, 2024

APRENDIENDO NUEVAS HABILIDADES: DERRIBANDO PARADIGMAS

¿Cuánto tiempo se necesita para aprender una habilidad?

La mayoría de nosotros nos atormentamos en ocasiones por la posibilidad de no hacer algo mejor, y este pensamiento a menudo nos impide involucrarnos en algo nuevo. No tenemos más opción que renunciar y encontrar algo más que hacer solo para deshacernos de ese sentimiento de angustia. Sin embargo, una cosa que a menudo pasamos por alto es que podemos beneficiarnos de grandes mejoras en una habilidad cuando mostramos un poco de persistencia mientras enfrentamos los desafíos habituales durante las primeras horas de intentar algo nuevo.

Afrontamos frecuentemente la inquietud de no desempeñarnos de la mejor manera posible, un pensamiento que, en muchas ocasiones, nos impide sumergirnos en nuevas experiencias. Este sentimiento, con frecuencia nos lleva a renunciar y buscar otra actividad solo para liberarnos de esa sensación de angustia. Sin embargo, a menudo pasamos por alto que, al enfrentar los desafíos iniciales al intentar algo nuevo, podemos obtener considerables mejoras en una habilidad con un poco de persistencia.

El temor a no hacer algo de la mejor manera posible es una sombra constante que nos persigue a muchos. Este miedo, en ocasiones actúa como un impedimento para aventurarnos en nuevos propósitos. La sensación de no estar capacitados nos induce a abandonar la tarea actual en busca de algo más, solo para superar la incomodidad que esta inseguridad nos provoca.

Es necesaria una tolerancia a la incomodidad a fin de evitar renunciar fácilmente cuando nos enfrentamos a desafíos iniciales. La ansiedad y la incertidumbre asociadas con la posibilidad de no destacar nos impulsan a buscar actividades menos desafiantes. Sin embargo, en este proceso, a menudo olvidamos que la persistencia en las etapas iniciales de aprendizaje puede ser la clave para desbloquear un progreso significativo.

La clave para superar el temor a no hacer algo bien radica en la persistencia durante las etapas iniciales de aprendizaje. En lugar de ceder ante la incomodidad y buscar una salida fácil; reconocer que la experiencia y la expertica requieren tiempo y esfuerzo puede cambiar radicalmente nuestra perspectiva. Las dificultades iniciales al intentar algo nuevo no son señales de incompetencia, sino oportunidades para el crecimiento y la mejora.

Al persistir durante los desafíos iniciales, abrimos la puerta a mejoras significativas en nuestras habilidades, pues la práctica y la experiencia son determinantes para una mejora continua. La mente humana, al ser desafiada, tiene la capacidad de adaptarse y aprender de manera más eficiente. Es durante esas primeras horas, cuando enfrentamos los obstáculos típicos de lo desconocido, que se establecen las bases para un progreso sustancial.

Entender cuánto tiempo se necesita para aprender una habilidad requiere reconocer la importancia de la persistencia y la tolerancia a la incomodidad en las etapas iniciales. Es importante enfrentar el temor a no hacer algo bien, pues esto puede privarnos de las recompensas a largo plazo que vienen con el desarrollo personal y la práctica. En lugar de buscar atajos o lo que conocemos como el facilismo, abracemos la idea de que el tiempo y la persistencia son aliados poderosos en nuestro camino hacia el dominio de nuevas habilidades.

En un tiempo sorprendentemente corto, se pueden experimentar mejoras asombrosas al persistir y practicar de manera inteligente y constante, pues es evidente la capacidad del cerebro para asimilar nuevas habilidades de forma eficiente, ya que está intrínsecamente optimizado para tales tareas. Se ha demostrado que se necesitan solo 20 horas para transitar desde "no saber nada" hasta alcanzar un nivel bastante competente (Erickson et al., 1993).

El cerebro humano está dotado de una asombrosa capacidad de adaptación y se convierte en un maestro eficiente cuando se enfrenta a la adquisición de nuevas habilidades. Su habilidad para optimizar procesos cognitivos y formar nuevas conexiones neuronales permite una asimilación rápida de conocimientos y destrezas. Las creencias convencionales en que se imponen muchas horas como requisito para un alto nivel de experticia en habilidades, parece desafiada por la agilidad innata del cerebro para aprender y adaptarse (Doidge, 2007).

La noción popularizada de que se necesitan 10,000 horas para convertirse en experto, popularizada por Malcolm Gladwell en su libro "Outliers", ha sido cuestionada en diversos estudios. La realidad es que, con una práctica deliberada y enfocada durante aproximadamente 20 horas, se puede lograr un nivel de competencia notable en una nueva habilidad. Esta perspectiva desmitifica el tiempo requerido para el aprendizaje y resalta la importancia de la calidad y la eficacia en la práctica (Macnamara et al., 2014).

En el contexto anterior, la persistencia y la práctica inteligente son elementos fundamentales para desbloquear el potencial de aprendizaje rápido. Al comprometerse con la práctica enfocada y repetitiva, se maximiza el tiempo dedicado al aprendizaje, permitiendo mejoras sustanciales en un corto período. La inteligencia en la práctica implica identificar áreas específicas que requieren atención y centrarse en superar obstáculos específicos, optimizando así el proceso de adquisición de habilidades (Ericsson, 2016).

Mirando hacia el futuro, es esencial reconocer y aprovechar la agilidad cognitiva innata del cerebro para aprender de manera eficiente. Es necesario superar la idea de la gran cantidad de horas como una barrera fija, pues esto abre nuevas posibilidades para el desarrollo personal y profesional. Al adoptar enfoques inteligentes y persistentes, podemos desafiar las limitaciones percibidas y acelerar nuestro viaje hacia la experticia en diversas habilidades. La clave está en la calidad, la focalización y la dedicación, elementos que verdaderamente impulsan el aprendizaje rápido y efectivo (Brown et al., 2014).

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